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Las temperaturas bajan, el aire se vuelve más frío y estos cambios afectan a nuestra piel, sobre todo a las partes más expuestas como rostro y manos. Y ahora que tenemos que llevar mascarilla, ¿Cómo afecta llevar más de media cara cubierta durante horas a nuestra piel?

El principal problema de las bajas temperaturas con respecto al cuidado de la piel es que ésta se seca con mayor facilidad y disminuye su capacidad de defensa frente a factores externos. Las personas que más protegida han de tener su piel durante los meses de invierno son, indudablemente, aquellas que presenten padecimientos relacionados como una tendencia a la irritabilidad de la dermis, la dermatitis seborreica, la psoriasis o la dermatitis atópica. Pero ellos no son los únicos que deben tener en cuenta los efectos del frío en la piel, ya que éste puede ser dañino para individuos totalmente sanos, llegando a producir síntomas como acné, sabañones o algunos tipos de urticaria.

Pero no todo es malo en estos meses de temperaturas bajas. La menor exposición solar puede mejorar cuadros como la rosácea o la miliaria y es muy beneficiosa para todo tipo de casos de lupus cutáneo.

Consecuencias de la mascarilla y los geles hidro alcohólicos en nuestra piel

Ahora bien, este año a parte de las bajas temperaturas, tenemos que tener en cuenta los problemas que las nuevas herramientas para luchar contra el Covid-19 nos pueden aportar. Está demostrado que el uso continuo de mascarilla suele empeorar patologías como las ya mencionadas, rosácea, acné y dermatitis seborreica. Asimismo, el gel hidroalcohólico, puede llegar a ser perjudicial para nuestra dermis, siendo capaz de producir dermatitis en manos, entre otras patologías.

En el caso de las mascarillas, lo principal es el recambio frecuente. En el caso de llegar a sufrir algún síntoma como irritaciones, rosácea o acné en la zona tapada, se recomienda ir al dermatólogo de confianza quien indicará el tratamiento adecuado para cada caso personal.

En cuanto a los geles desinfectantes se desaconseja su uso priorizando el uso de limpiadores suaves. Aún así, es importante el uso de cremas hidratantes al menos 2 veces al día. En el caso de que sea indispensable el uso de estos geles (como en la entrada de restaurantes, tiendas, puestos de trabajo, etc.) lo mejor sería utilizar aquellos que vayan formulados en gel, no en líquido y, a ser posible, que contengan glicerina, ya que, esta sustancia hidrata las manos a la vez que las desinfecta.

El pelo también sufre en invierno

La piel no es lo único de lo que nos debemos preocupar en estos meses. El cabello, se ve influenciado por múltiples factores externos, como la alimentación, el estrés, el ambiente, el clima, etc. Esto hace que, tras un periodo estacional como el verano, el pelo caiga en mayor cantidad, pero no significa que ese pelo no se vaya a recuperar. No obstante, ante una caída de cabello fuera de lo normal se aconseja que acuda al especialista para realizar un examen completo (clínico y tricoscópico), que permita descartar cualquier tipo de problema asociado.