¿Qué es una retinografía?
Se trata de una prueba médica diagnóstica que nos ofrece información en forma de fotografías sobre el color de la retina o el estado del fondo de ojo gracias a un instrumento específico llamado retinógrafo. Estos datos son muy valiosos, ya que nos permiten conocer, sobre todo, cómo es la circulación sanguínea en la retina y en la parte en la que comienza el nervio óptico. De esta forma se puede detectar cualquier cambio o irregularidad en ellos.
Para hacer posible esta visión, el retinógrafo cuenta con una cámara de alta calidad conectada a un ordenador. Así, las imágenes que se graban se guardan digitalmente y se puede realizar un análisis comparativo de la evolución del paciente con las diferentes retinografías hechas en distintos momentos.
¿Qué es la retina?
Antes de adentrarnos en el desarrollo de una retinografía hay que explicar que la retina es la encargada de proyectar las imágenes que penetran en nuestro ojo, siendo, por tanto, la responsable de nuestra visión. La retina consiste en un tejido muy sensible a la luz y que al recibirla en su superficie provoca un gran número de fenómenos químicos que se traducen en impulsos nerviosos enviados al cerebro mediante el nervio óptico. El grosor de la retina es de unos 0,8mm la más gruesa y entre 0,1 y 0,2mm la más delgada. Se forma por diferentes capas de neuronas que se conectan entre sí.
Cuando nos fijamos en el fondo de ojo vamos a observar cuatro estructuras claras:
- El tejido de la retina que le da ese cierto color anaranjado.
- La mácula que se encuentra en la zona central y es la más importante porque gracias a ella se produce la visión de alta precisión.
- El nervio óptico
- Los vasos sanguíneos.
¿Por qué hacerse una retinografía?
Existen muchas enfermedades oculares que en sus primeros momentos permanecen asintomáticas, pero una vez comenzados los síntomas, suele ser demasiado tarde para el paciente y este habrá sufrido un deterioro y una disminución de la visión irreversible. Es por ello que la retinografía aparece como una herramienta necesaria para la detección temprana y el control de este tipo de patologías, siendo las fotografías de la retina y el fondo de ojo las que guiarán al especialista en los cambios que se produzcan en la persona afectada.
Cuando las lesiones oculares o alteraciones se encuentran a tiempo, el pronóstico resulta muy favorable. Entre algunas de las enfermedades que puede detectar la retinografía encontramos:
- Retinopatía diabética: Se trata de una complicación de la diabetes que afecta a los vasos sanguíneos de la retina y que se ha convertido en una de las principales causas de diabetes. Normalmente afecta a varios ojos y al principio los síntomas no son perceptibles.
Edema macular diabético: Consiste en una inflamación y un cúmulo de líquido en la zona de la mácula (encargada de la visión central y de los detalles). En este caso se producen escapes de fluido en los vasos sanguíneos. - Nevus Coroideo: Tumores benignos en la parte interior del ojo.
- Retinopatía hipertensiva: Alteraciones en la retina derivadas de la hipertensión arterial.
- Problemas asociados a la edad (a partir de los 50 años): Es una enfermedad degenerativa de la zona de la mácula y de más sensibilidad visual. Es, a día de hoy,