Categorías: Neurología

La cefalea es lo que conocemos comúnmente como dolor de cabeza. Es una de las formas más comunes de dolor en humanos, y se presenta de forma intermitente. Algunos de los tipos más frecuentes de cefaleas son las migrañas, las jaquecas y a las cefaleas tensionales.

Aunque a priori la cefalea no suele entrañar ningún problema grave de salud, debemos estar pendientes a sus patrones habituales. Al detectar cualquier cambio debemos acudir al medico o neurólogo, para descartar cualquier otra patología grave.

¿Qué causa la cefalea?

Aunque existen muchas causas, que dependen de cada paciente, algunas de las más comunes son:

  • Genética. Las migrañas y cefaleas se heredan.
  • Aunque la migraña infantil es menos frecuente, existe en niños y niñas por igual. Una vez se llega a la pubertad se agravan los problemas de dolor de cabeza, siendo más frecuentes en las mujeres debidos a los cambios hormonales.
  • Estrés o estados emocionales.
  • Algunos tipos de alimentos pueden provocar dolores de cabeza. Aunque depende de cada persona, está comprobado que los más habituales son: chocolate, cacao, vainilla, plátano, frutos secos, cítricos, aditivos de comidas basura, salchichas, quesos fermentados, picantes.
  • Aunque suele provocarlo cualquier tipo de alcohol, los vinos tintos suelen ser de los peores, ya que contienen taninos, que potencian la aparición de la migraña.
  • Cambios hormonales. Las migrañas suelen aparecer en las mujeres tras la menarquia. Los episodios suelen ser más frecuentes y más fuertes durante la ovulación y la menstruación. Por el contrario, el embarazo suele mejorar transitoriamente la migraña y muchas mujeres mejoran extraordinariamente cuando desaparece la menstruación.
  • Cambios climáticos. No se sabe muy bien cómo, pero determinados estados climatológicos desencadenan los episodios de migraña (por ejemplo, los días nublados, los días de mucho calor,…).
  • Falta o exceso de sueño.
  • Algunos tratamientos farmacológicos.

Además, las cefaleas pueden volverse crónicas y pueden durar más tiempo del habitual, como tener muchas situaciones estresantes, ansiedad, depresión, trastornos del sueño, abuso de fármacos, abuso de cafeína, obesidad,… Algunas de estas causas se pueden modificar para evitar la aparición de la cefalea, pero otras no.

Características de una cefalea

Este tipo de dolor de cabeza puede localizarse en una parte de la cabeza o en toda la cabeza. El dolor puede ser más o menos intenso, hasta el punto de que puede llegar a incapacitar al paciente para desarrollar cualquier actividad.

La frecuencia también puede ser variable, al igual que su duración (que puede variar desde unas horas hasta 3 días).

Los pacientes que sufren cefaleas aducen tres tipos de dolor distinto: calambres, dolor opresivo, dolor pulsatil, dolor explosivo, dolor terebrante (como un taladro). Además, en el paciente se pueden observar otros síntomas como tener los párpados más cerrados, espasmos faciales, párpados caídos, diferencias en la dilatación de las pupilas (anisocoria), lagrimeo, ojos rojos, vértigos, náuseas y vómitos.

Otros síntomas que se sienten y que requieren de la asistencia inmediata de un médico son las alteraciones de la visión (manchas negras, luces brillantes, distorsión visual, visión doble,…), hormigueo en brazos y piernas, erupciones cutáneas, mareos, rigidez en la nuca, fiebre,…

¿Se pueden prevenir las cefaleas?    

Con los años, cada paciente acaba sabiendo qué le provoca los dolores de cabeza y aprende a prevenirlos. No obstante, algunas de las recomendaciones que damos desde el punto de vista médico son:

  • Llevar una vida ordenada.
  • Hacer ejercicio de forma habitual.
  • Llevar hábitos de alimentación saludable (consumir más gruta y verduras y evitar las grasas).
  • Evitar el alcohol y el tabaco.
  • No abusar de los medicamentos y de la cafeína.
  • Acudir al neurólogo antes cualquier cambio en el dolor.

¿Qué tipos de cefaleas existen?

Se pueden dividir las cefaleas entre primarias y secundarias. Las primeras son las más habituales mientras que las segundas con las que surgen a causa de una enfermedad concreta.

Por otro lado, las cefaleas más habituales son:

  • Migrañas: suele tener base hereditaria y se caracteriza por episodios recurrentes de dolor de cabeza. El dolor se puede localizar en toda o en parte de la cabeza. Tiene carácter pulsátil y suele ir acompañada de nauseas y/o vómitos, así como hipersensibilidad al ruido y la luz. Este dolor suele empeorar con la actividad física y mejora con el reposo. Esta es una de las cefaleas más fuertes, que suele impedir al paciente desarrollar su actividad habitual.
  • Cefalea de tensión: dolor en la región occipital de la cabeza o la frente, alcanzando la región cervical. El dolor es más leve que en el caso anterior y no suele estar acompañado de nauseas o sensibilidad a la luz y el ruido. La cefalea tensional puede llegar a desarrollarse casi a diario y es la más común de todas. Puede durar entre 30 minutos y hasta varios días. Se suelen producir por tensiones musculares o emocionales.
  • Cefalea crónica diaria: es un tipo de cefalea que se produce a diario o casi a diario (más de 15 días al mes). Suelen ser pacientes que ya habían presentado migrañas o cefaleas tensionales.
  • Cefalea en racimos: dolor de cabeza agudo que suele presentarse de forma diaria a la misma hora. Tiene una duración de entre 15 y 180 minutos, y que suelen afectar a un solo lado de la cabeza, cerca de los ojos o la sien. Pueden presentar también ojos rojos, lagrimeo, caída de los párpados y sensación de congestión nasal.
  • Otras cefaleas primarias: pueden existir otras cefaleas que se deben a una lesión cerebral, pese a que son muy poco frecuentes.
  • Cefaleas asociadas al esfuerzo físico: aparecen cuando el paciente realiza un esfuerzo físico.
  • Cefaleas por estímulos físicos directos: se pueden producir por poner en contacto algo muy frío con la cabeza o beber o inhalar algo muy frío. También la provocan presiones externas en las partes blandas pericraneales (llevar una coleta muy tirante, por ejemplo).
  • Cefalea hípnica o despertador: se produce durante el sueño, de forma que lo interrumpe.

Tratamientos de la cefalea

Antes de decidir cuál es el diagnóstico a seguir, se debe estudiar qué tipo de cefalea es. Independientemente de eso, el neurólogo o médico de cabecera recetará  una serie de fármacos para ingerir cuando se produce la crisis.

Se aconseja no tomar estos medicamentos más de dos días seguidos, ya que el abuso de la medicación puede provocar que el dolor se vuelva crónico. Cuando los dolores son muy frecuentes, se suele acudir a un tratamiento preventivo, para reducir tanto la frecuencia de los dolores como la intensidad.

Por otro lado, se recomienda hacer ejercicios de relajación y llevar una dieta equilibrada.

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