Se considera que una persona sufre obesidad cuando tiene un exceso de grasa en el cuerpo. La obesidad aumenta los riesgos de sufrir diabetes, hipertensión, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, artritis, e incluso algunos tipos de cáncer.

Aquellas personas cuyo peso supera en un 20% o más el punto medio de la escala de peso según el índice de masa corporal (IMC), se consideran obesas.

¿Qué tipos de obesidad existen?

Existen dos tipos de obesidad:

  • Central: es la más grave y la que puede llevar complicaciones más importantes. La grasa se localiza en el tronco y puede llevar a sufrir enfermedades como diabetes.
  • Periférica: acumula la grasa de cintura para abajo y produce sobrecarga en las articulaciones.

Asimismo, podemos hablar también de obesidad mórbida, que se trata con cirugía, ya que las dietas y el ejercicio no surten efecto. Si es tu caso, acude a un especialista en cirugía bariátrica, para que te indique cuál es el mejor sistema quirúrgico para tu caso concreto.

Y por último, en endocrinología se habla también de obesidad infantil, cuando se da en niños. En este caso, la gravedad del problema dependerá de la edad de inicio de la obesidad y de su evolución. Y es que si la obesidad se presenta en edades muy tempranas y se extiende durante mucho tiempo, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas en la edad adulta.

¿Qué causa la obesidad?

Normalmente, la obesidad está causada por la ingesta de más calorías de las que consume el cuerpo. Asimismo, pueden afectar la constitución genética, el consumo de alimentos ricos en grasa y la falta de actividad física. Por otro lado, hace ya tiempo que se tienen en cuenta los factores psicológicos que pueden llevar a sufrir obesidad.

Síntomas de la obesidad

Existen diversos síntomas que pueden llamarnos la atención sobre nuestro sobrepeso y la necesidad de reducirlo:

  • Algunas personas tienen problemas para respirar o se ahogan ante un esfuerzo mínimo, debido a que la grasa que hay debajo del diafragma y la pared torácica ejerce presión en los pulmones.
  • Dificultar para dormir. Apnea del sueño.
  • Dolor en la zona inferior de la espalda (lumbalgia)
  • Agravamiento de la artrosis, especialmente en caderas, rodillas y tobillos.
  • Problemas en la piel. Exceso de sudoración.
  • Tumefacción de los pies y los tobillos.

Tratamiento de la obesidad

La obesidad se trata como un problema crónico, que requiere un tratamiento a largo plazo. Este tratamiento requiere cambios en los hábitos alimenticios, en la conducta, ejercicio físico y, a veces, la toma de algún medicamento.

El objetivo cuando tenemos un paciente obeso es la pérdida de grasa, consolidando la pérdida de peso, para que no vuelva a aparecer.

En los casos más graves, cuando las dietas y los tratamientos habituales y menos invasivos no funcionan, se aconseja acudir a la cirugía. Las diferentes intervenciones quirúrgicas de las que disponemos en Clínica Fuensanta para tratar la obesidad son: Banda Gástrica Ajustable, By Pass Gástrico y Gastroplastia Tubular.

En ciertos casos, los médicos pueden decidir que, además de cambiar la dieta y realizar ejercicio físico, es necesario completar el tratamiento con fármacos, que deben ser administrados con una dieta moderadamente hipocalórica y equilibrada.

¿Se puede prevenir la obesidad?

Como es lógico, para prevenir la obesidad, se aconseja llevar una dieta sana y equilibrada, así como realizar ejercicio regular. Además, se aconseja comer al menos 5 veces al día, en pequeñas raciones, para activar el metabolismo. La dieta debe ser rica en frutas y verduras y baja en grasas.

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