Categorías: Aparato Digestivo

La enfermedad inflamatoria intestinal es una combinación de varias enfermedades que provocan la inflamación de diferentes partes del tubo digestivo. Estos procesos inflamatorios son crónicos y pueden darse desde la boca hasta el ano del enfermo. Se suele presentar en forma de brotes que duran más o menos tiempo en función de la gravedad y el tratamiento que se esté siguiendo.

Las enfermedades más comunes dentro de la enfermedad inflamatoria intestinal son:

  • La Colitis Ulcerosa: Se trata de una inflamación de las paredes del intestino grueso (formado por el colon y el recto) que genera unas pequeñas heridas conocidas como úlceras y que producen dolor al enfermo. Esta colitis ulcerosa puede dañar a una parte del intestino grueso o extenderse a todo el colon, derivando en una pancolitis. Los brotes se alternan con momentos de inactividad y se traducen en diarreas con deposiciones de sangre y pus, vómitos, dolor abdominal y sensación o urgencia de hacer deposiciones.
  • Enfermedad de Crohn: En este caso se produce una inflamación crónica en cualquiera de las zonas que forman el tubo digestivo. Lo más común es que las partes más afectadas se encuentren al principio del intestino grueso, llamado ciego, o el final, llamado íleon. Cuando se producen brotes lo más frecuente es que el paciente tenga diarreas, cansancio, fiebre, dolor en el abdomen y se produzca una pérdida de peso. La manifestación de los síntomas puede extenderse de 2 a 4 semanas en cada brote, pudiendo aparecer abscesos y fístulas. En casos graves se puede producir una perforación del intestino e incluso la aparición de abscesos en el abdomen, teniendo que realizarse cirugía.

Causas de la enfermedad inflamatoria intestinal

Las causas se desconocen, sin embargo, en la aparición de la enfermedad inflamatoria intestinal intervienen factores de tipo ambiental, genético y de cambios en la microbiota intestinal. Esto implica que tener este tipo de enfermedad no es consecuencia directa de haber encadenado malos hábitos por parte del paciente, si no que varía según la persona, aunque siempre hay hábitos mejores que otros si lo que queremos es prevenirla.

La enfermedad inflamatoria intestinal se da en hombres y mujeres de cualquier edad, pero es importante saber que se suele diagnosticar más en personas con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. También se ha observado que se dan más casos en zonas desarrolladas, si se vive en una zona industrializada, urbana o en climas nórdicos se tiene un mayor riesgo de contraerla. Aunque no está demostrado que sea una enfermedad hereditaria si se han dado casos (entre el 15 y 20%) de enfermos con algún familiar directo que también la tenga, normalmente se traspasa de madres a hijos.

Hace unos años se pensaba que la enfermedad estaba relacionada con el estrés y la dieta, lo que actualmente sabemos es que, aunque no es la causa principal, influye mucho en el desarrollo de la enfermedad y puede mejorarla o agravarla.

Algunas causas que presuponen la aparición de la enfermedad son el tabaco, tomar medicamentos antinflamatorios no esteroides o una dieta alta en grasas y alimentos refinados o mal procesados.

Síntomas de Enfermedad Inflamatoria Intestinal

Según la zona en la que aparecen los síntomas o la gravedad pueden variar. Al expresarse mediante brotes habrá momentos donde haya signos de mayor molestia y otros momentos de remisión donde estos sean más leves. Los siguientes son los principales:

  • Diarrea
  • Fiebre
  • Cansancio
  • Cólicos en el abdomen
  • Sangrado al hacer deposiciones
  • Pérdida del apetito
  • Pérdida de peso

Existe la posibilidad de que afecte a otras partes del cuerpo fuera del aparato digestivo como pueden ser: artritis, inflamación ocular, heridas en la piel, úlceras en la boca, cálculos renales o enfermedades de tipo hepático entre otras.

Diagnóstico de la enfermedad

Para poder conocer la gravedad de las lesiones y la zona afectada del intestino hoy en día contamos con varios métodos para diagnosticar la enfermedad inflamatoria intestinal:

  • Análisis de sangre: Nos muestra parámetros para conocer la existencia de inflamación, anemia e infecciones.
  • Análisis de las heces: Diagnostica la existencia de bacterias y parásitos, así como inflamación intestinal.
  • Endoscopia digestiva, gastrocopia o colonoscopia: Gracias a estas pruebas el médico puede visualizar directamente la mucosa intestinal y obtener biopsias. Al igual que para descubrir la enfermedad en un paciente sirve para seguir la respuesta ante el tratamiento que esté siguiendo este. La colonoscopia muestra el colon y la parte última del intestino delgado, mientras que la gastrocopia nos muestra el esófago, el estómago y el duodeno.
  • Cápsula endoscópica: El paciente ingiere una pequeña cápsula que recoge imágenes durante su trayecto por el tubo digestivo hasta ser expulsado con las heces. Es muy recomendable ya que permite realizar un estudio completo de todo el recorrido que hacen los alimentos y los líquidos y permite ver zonas de difícil acceso con otros métodos.
  • Ecografía: Es especialmente útil para descartar otras enfermedades con síntomas similares como la apendicitis y para conocer la ubicación de la inflamación.

Tratamiento de la enfermedad

El principal objetivo es reducir la inflamación del intestino, si se siguen correctamente además de aliviar los síntomas es posible que la enfermedad inflamatoria intestinal remita a largo plazo y evitar complicaciones.

Los medicamentos antinflamatorios están formados por corticoides y aminosalicilatos y suele ser el primer tratamiento ante la enfermedad.

Otra opción son los inhibidores del sistema inmunitario los cuales inhiben la respuesta inmunitaria que libera químicos que generan esa inflamación en el intestino.

Los antibióticos también se suelen recetar especialmente cuando la infección es más compleja, como en el caso de la Enfermedad de Crhon Perianal.

También se pueden suministrar como tratamiento medicamentos de tipo antidiarreico con alto contenido en fibra para reducir la expulsión de heces, analgésicos para el dolor más leve, suplementos de hierro para las posibles anemias generadas por el sangrado intestinal o suplementos de calcio y vitamina D para evitar la osteoporosis por el uso de esteroides sobre todo en la Enfermedad de Crohn.

En algunas fases de la enfermedad, para que los intestinos puedan descansar y de esta forma reducir la inflamación, es posible que el médico administre los alimentos a través de una sonda o inyectando los nutrientes directamente. Tras esto el paciente debe mantener una dieta baja en residuos a corto plazo y mantener una dieta libre de grasas y alimentos pesados a largo plazo.

Recordatorio: esta información tiene como fin proporcionar pautas generales y no dar una opinión médica definitiva. Es importante que consulte a su médico sobre su enfermedad específica y el tratamiento más adecuado

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