Categorías: Unidad del Dolor

La hernia discal se produce cuando una parte de un disco de la columna se fuerza a pasar a través de una parte debilitada del disco. Ejerce presión en los nervios cercanos y la médula espinal y por extensión, dolor.

Las hernias discales son más frecuentes en los hombres de mediana edad y de edad avanzada.

¿Cuáles son las causas de la hernia discal?

Los huesos de la columna protegen los nervios que salen del cerebro y bajan por la espalda. Entre cada vértebra de la columna salen nervios largos que se desprenden de la columna vertebral. Las vértebras están separadas por discos que amortiguan la columna vertebral y permiten el movimiento entre las vértebras

Estos discos pueden salirse de su lugar (herniarse) o romperse, lo que somete a los nervios a cierta presión, que provoca dolor, entumecimiento y debilidad.

Las áreas más afectadas por la hernia de disco o discal son la parte baja de la columna o la zona del cuello (cervicales).

Otros factores de riesgo que pueden afectar son:

Levantar habitualmente objetos pesados.
Tener sobrepeso.
Doblar o torcer repetitivamente la espalda baja.
Sentarse o quedarse parado en la misma posición por muchas horas.
Sedentarismo.
Fumar.

¿Qué síntomas tendría una persona que sufre una hernia discal?

Los síntomas se suelen dar en un lado del cuerpo y pueden variar dependiendo de la lesión. Así, cuando tenemos una hernia de disco en la región lumbar los síntomas son:

Dolor punzante en una parte de la piernas, cadera o glúteos.
Dolor o entumecimiento en la parte posterior de la pantorrilla o la planta del pie.
Debilidad en la pierna.
Cuando la hernia es en el cuello, los síntomas que observamos son:

Dolor al mover el cuello.
Dolor cerca o encima del omóplato.
Dolor que se irradia hacia el brazo, el antebrazo o los dedos de la mano.
Entumecimiento a lo largo del hombro, el codo, el antebrazo o los dedos de la mano.
El dolor suele empezar de forma leve y empeora después de pasar mucho tiempo sentado o de pie, por la noche, al estornudar, al doblarse hacia atrás,…

Tratamiento de la hernia discal

Al principio del diagnóstico, el traumatólogo o especialista en Unidad del Dolor le recomendará reposo junto con la ingesta de analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares. Después, sería conveniente realizar un tratamiento de fisioterapia, con el que se suele volver a la vida normal.

Cuando los síntomas no remiten tras estos tratamientos, se puede recurrir a las inyecciones de esteroides o la cirugía. Las inyecciones pueden ayudar a controlar el dolor durante unos meses, debido a que reducen la inflamación alrededor del disco.

La cirugía se realiza cuando los síntomas no desaparecen con otros tratamientos. Se denomina discectomía a la operación con la que se extirpa parte o todo el disco.

Por último, se recomienda una serie de hábitos como realizar ejercicio o evitar el sobrepeso. Se debe tener cuidado al levantar los objetos, caminar, vestirse o realizar otras actividades. El ejercicio debe ir dirigido a fortalecer los músculos que ayudan a sostener la columna vertebral.

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