Las células epiteliales receptoras tienen un papel fundamental en el ciclo del Virus del Papiploma Human (VPH), en cuanto al crecimiento y diferenciación. A través de lesiones, heridas y laceraciones del tejido el virus entra en las células, sobre todo en las capas más profundas del epitelio.
La célula receptora recibe al virus a través de un receptor de membrana, este receptor de membrana es la llamada: molécula a6-Integrina. Cuando tiene lugar la infección, el virus se establece dentro del núcleo de las células basales. El DNA viral permanece fuera de los cromosomas del hospedero en un estado denominado circular, y se replica a niveles muy bajos siempre en concordancia con la división celular que está aconteciendo.
Una vez que las células se infectan, ocurre una diferenciación y una migración que va desde la capa basal hacia el estrato más profundo de la célula, estimulándose así la replicación viral.
Los VPH se propagan gracias a las características propias de las células que los albergan, sin necesidad de presentar fase lícita.
En una misma lesión puede haber diferentes marcadores, y en una misma biopsia puede haber diferentes expresiones. Se explica por las anomalías tempranas que tiene lugar en el ciclo de los virus. Es decir, los marcadores celulares pueden ser unas técnicas adecuadas para mejor predecir el futuro de las lesiones.
Los HPV que afectan al epitelio los clasificamos en: cutaneotropos y mucoso tropos (afectando más las mucosas genital, respiratoria y digestiva).
El 75% de la población está infectada de VPH tipo mucoso, y son capaces de eliminarlo el 80% del VPH a lo largo de dos años.
Los VPH que infectan los epitelios humanos se dividen en:
- Virus de bajo riesgo (asociados a verrugas genitales).
- Virus de