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¿Qué es la cardiopatía isquémica?

La cardiopatía isquémica es la forma más común de enfermedad cardíaca. Se produce cuando se reduce el flujo sanguíneo que va al corazón, por un bloqueo parcial o total de las arterias. Se conoce también como isquemia cardíaca o enfermedad coronaria.

Estas enfermedades pueden causar un daño al músculo del corazón, por lo que se reduce la capacidad de bombear. Cuando la obstrucción de la arteria es súbita o severa, puede producir un infarto.

Además, la isquemia miocárdica también puede causar graves arritmias.

¿Qué síntomas puede provocar una cardiopatía isquémica?

En las primeras fases de la enfermedad, la cardiopatía no presenta síntomas. Los primeros signos se ven en estados más avanzados. No obstante, la mayoría de las personas no muestran ninguna evidencia de la enfermedad, hasta que produce una patología más grave.

Así, algunos de los síntomas que se pueden presentar son:

  • Angina de pecho. Presión o dolor en el pecho, normalmente en el lado izquierdo, producido durante la actividad física o después de una comida pesada.
  • Dolor en el cuello o mandíbula.
  • Dolor en el hombro o brazo (normalmente en el izquierdo).
  • Dificultad para respirar.
  • Debilidad general.
  • Nauseas o mareos.
  • Palpitaciones.
  • Sudoración excesiva.
  • Dificultad para realizar cualquier ejercicio físico.

Ante cualquiera de estos síntomas, se aconseja acudir al médico inmediatamente, para descartar una patología coronaria.

 

¿Cuáles son las causas que pueden provocar una cardiopatía isquémica?

Esta patología se produce debido a que se acumula una cantidad considerable de placa en las paredes interiores de las arterias que suministran sangre al corazón. Esta placa estrecha las arterias y por lo tanto se reduce el flujo sanguíneo que llega al corazón. Por consiguiente, se reduce la cantidad de oxígeno, lo cual puede provocar la muerte del corazón.

La cardiopatía isquémica puede producirse lentamente o puede ocurrir rápidamente cuando una arteria queda bloqueada de forma repentina. Un coágulo de sangre repentino puede bloquear totalmente el suministro de sangre, causando un ataque al corazón.

Existen algunos factores de riesgo, que debemos vigilar, ya que pueden aumentar considerablemente las posibilidades de sufrir una cardiopatía:

  • Sufrir arterosclerosis (enfermedad arterial coronaria). En este caso, el revestimiento de la arteria se endurece, se pone rígido y se hincha, formando la placa.
  • Personas fumadoras.
  • Tener antecedentes familiares.
  • Sufrir hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia.
  • Tener obesidad.
  • Llevar una vida totalmente sedentaria.
  • Sufrir otras enfermedades graves, que requieren una demanda metabólica del corazón, como una infección.

 

¿Qué problemas puede provocar una cardiopatía isquémica?

Las patologías o episodios que puede provocar son:

  • Ataque al corazón. Cuando la arteria coronaria se bloquea totalmente, falta la sangre y el oxígeno en el corazón, destruyéndose parte del miocardio.
  • Ritmo cardíaco irregular. Al no recibir la suficiente sangre y oxígeno, los impulsos eléctricos que coordinan los latidos del corazón pueden no funcionar correctamente. El corazón puede entonces latir demasiado rápido, demasiado lento o de forma irregular.
  • Insuficiencia cardiaca. Cuando el corazón resulta dañado, se reduce su capacidad de bombear sangre al resto del cuerpo.

¿Cómo se puede tratar esta enfermedad?

Lo primero que debemos hacer una vez se ha diagnosticado la enfermedad (o el riesgo de sufrirla) es cambiar nuestro estilo de vida. Así, se debe:

  • Dejar de fumar.
  • Tratar las enfermedades que aumenten el riesgo de padecer cardiopatía isquémica: diabetes, hipertensión, colesterol alto,…
  • Llevar una dieta saludable. Evitar los alimentos procesados, evitar las grasas saturadas, no tomar mucha sal ni azúcar, comer mucha fruta y verdura.
  • Realizar ejercicio regularmente.
  • Evitar el sobrepeso.
  • Reducir el estrés.
  • Y realizarse los chequeos médicos regulares, necesarios para detectar cualquier cambio.

La cardiopatía isquémica se puede tratar también con medicamentos. Algunos de los que se recetan más habitualmente son: aspirina, nitroglicerina, bloqueadores beta, medicamentos para reducir el colesterol, bloqueadores de canales de calcio,…

En los casos en que es necesario un tratamiento más agresivo para mejorar el flujo sanguíneo, se puede recurrir a la cirugía. Los procedimientos quirúrgicos más comunes son: la angioplastia y colocación de stent; y la cirugía de bypass de la arteria coronaria.

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