Categorías: Aparato Digestivo

Tumor de esófago

El tumor de esófago o cáncer esofágico es un tipo de tumor que afecta al conducto que permite el paso del alimento desde la boca hasta el estómago. Es decir, el esófago. El cáncer se produce cuando las células de la capa más interna de la pared del esófago se multiplican de forma descontrolada. Al principio estas células suelen afectar a la mucosa, pero con el tiempo invaden las capas más externas de la pared del esófago. Es en ese punto cuando el cáncer puede invadir otros órganos como pulmones, corazón, aorta,… y producir metástasis.

Existen dos tipos de cáncer de esófago: carcinoma escamocelular o escamoso y adenocarcinoma.

Causas más comunes del cáncer de esófago

La principal causa del carcinoma escamolecular es el consumo de tabaco y alcohol. Por el contrario, algunas de las causas que hacen ser más propenso a tener adenocarcinoma, son tener Síndrome de Barrett, enfermedad de reflujo de ácido (o de reflujo gastroesofágico, ERGE, que puede convertirse en síndrome de Barrett), tener síndrome de Plummer-Vinson (alteración de piel y mucosas asociado a la falta de hierro), ser hombre, la obesidad y el tabaquismo.

La incidencia de este tipo de cáncer es más baja que la de otros tipos de cánceres. De hecho, afecta a 3-4 personas por cada 100.000 habitantes al año. Además, afecta más a hombres que a mujeres y suele presentarse a partir de los 60 años.

Síntomas del cáncer de esófago

Algunos de los síntomas que pueden ponernos en alerta ante un posible tumor de esófago son:

  • Sufrir regurgitaciones (movimiento de devolución del alimento a través del esófago y posiblemente la boca).
  • Dolor torácico.
  • Dificultad para deglutir sólidos o líquidos
  • Acidez gástrica
  • Vómitos de sangre
  • Pérdida de peso
  • Dificultad para deglutir sin una causa conocida

¿Qué pruebas se utilizan para diagnosticar el cáncer de esófago?

Las pruebas y exámenes que se realizan para diagnosticar el cáncer esofágico pueden incluir:

  • Esofagografía.
  • Resonancia magnética o tomografía computarizada del tórax (que normalmente se utiliza para determinar el estadio en que se encuentra la enfermedad).
  • Ecografía endoscópica (también se utiliza para determinar el estadio de la enfermedad).
  • Esofagogastroduodenoscopia (EGD) y biopsia.
  • Tomografía computarizada por emisión de positrones, TEP.
  • Endoscopia de vías digestivas altas (gastroscopia), que se utilizará para obtener una muestra de tejido del esófago.

 

¿Qué tratamientos existen para el tumor de esófago?

Cuando el cáncer se encuentra sólo en el esófago se suele recurrir a la cirugía. En este caso se extirpa el cáncer y todo o parte del esófago. Esta intervención se puede realizar por dos métodos:

  • Cirugía abierta: requiere una o dos incisiones abiertas.
  • Cirugía laparoscópica: es menos invasiva y simplemente se realizan de 2 a 4 incisiones en el abdomen por el que se introduce una diminuta cámara.

En ocasiones, la cirugía se sustituye por radioterapia, cuando el cáncer no se ha propagado por fuera del esófago. Se puede usar quimioterapia o radioterapia (o ambas) para reducir el tamaño del tumor y facilitar la realización de la cirugía.

Cuando la persona está demasiado enferma como para poder someterse a una cirugía, o el cáncer de ha extendido por otros órganos, se emplea quimioterapia o radioterapia para reducir los síntomas. Esta técnica se denomina Terapia Paliativa, ya que la enfermedad no es curable.

Además de los tratamientos médicos, el oncólogo le indicará algunos cambios en su dieta, para que le resulta más fácil tragar los alimentos. Cuando sigue siendo complicada la deglución, el especialista puede requerir una dilatación o ensanchamiento del esófago usando un esdoscopio (se puede colocar un stent para mantener el esófago abierto). En los casos más graves se coloca una sonda de alimentación en el estómago.

Pronóstico del cáncer de esófago

Cuando el cáncer no se ha extendido por fuera del esófago, la cirugía puede mejorar las posibilidades de sobrevivir. En caso contrario, cuando el tumor se ha extendido a otras partes del cuerpo, la cura no es posible y el tratamiento está dirigido a mejorar la calidad de vida del paciente y aliviar los síntomas.

El pronóstico global del cáncer de esófago es bastante malo. En concreto, menos del 10% de los pacientes sobreviven a los 5 años de diagnosticarse la enfermedad. Sin embargo, el pronóstico puede mejorar si el tumor se diagnostica tempranamente, cuando es pequeño y se puede extirpar; en este caso, la probabilidad de sobrevivir aumenta hasta un 20%.

Complicaciones que pueden surgir

El tratamiento quirúrgico del cáncer de esófago es un procedimiento muy agresivo que tiene unas tasas de mortalidad y morbilidad (complicaciones) muy elevadas. Las complicaciones más habituales suelen producirse por enfermedades asociadas de los pacientes, complicaciones pulmonares (como neumonía), o desnutrición.

Casi la mitad de los pacientes suelen tener complicaciones como secreciones abundantes, neumonía, atelectasias (colapsos de parte del pulmón), derrame pleural. Por ello, se aconseja a los pacientes que se sometan a fisioterapia respiratoria antes de la intervención y se les prohíbe fumar.

Después de la intervención o durante los primeros días se debe vigilar al paciente, para estar pendiente de las posibles complicaciones. Sin embargo, a pesar de todo esto, el hecho de no tener esófago se suele tolerar muy bien y da pocas molestias.

La peor complicación de todas es la reaparición del tumor, bien en la misma zona donde se encontraba o a cierta distancia (metástasis). Cuando se produce en el mismo sitio, normalmente ya no se puede extirpar; la metástasis puede aparecer en el hígado, el pulmón, el cerebro, los huesos…

¿Cómo puedo prevenir el cáncer de esófago?

Como en todas las patologías, la prevención es fundamental. En el caso de tumor de esófago, se recomienda:

  • No fumar.
  • Reducir el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Revisiones periódicas en el caso de tener reflujo gastroesofágico grave.
  • Chequeos regulares en caso de sufrir síndrome de Barrett.
  • Reducir el consumo de productos ahumados o muy salados.

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