Categorías: Urología

La cistitis es una infección causada por bacterias, de la parte baja del tracto urinario (vejiga). Esta patología es mucho más frecuente en el sexo femenino, debido a que las mujeres tienen la uretra más corta y más cerca del ano. Esto permite que las bacterias puedan llegar con más facilidad hasta la uretra y la vejiga.

De hecho, entre el 10 y el 20% de las mujeres sufrirán al menos un episodio de cistitis a lo largo de su vida, que serán recurrentes en el 20% de los casos.

La mayoría de los casos se dan en mujeres entre los 2 y los 40 años. Sin embargo, en los hombres, la cistitis es más frecuente en los primeros años de vida, y suele estar asociada a anomalías en el tracto urinario. Cuando se da a partir de los 50, normalmente está asociada a patologías prostáticas.

La cistitis puede ser esporádica o recurrente (cuando se repite habitualmente). En el segundo caso, puede afectar a la calidad de vida del paciente, no por la gravedad en sí, sino por las molestias repetidas y frecuentes.

¿Qué puede causar la cistitis?

Aunque existen múltiples bacterias que pueden infectar las vías urinarias y causar cistitis, la más común es el bacilo intestinal Escherichia coli (E-coli).

Síntomas de la cistitis:

  • Dolor y/o escozor durante la micción. A veces esta micción es incompleta. El paciente tiene muchas ganas de hacer pis, pero cuando va al baño no puede hacerlo.
  • Aumento del número de micciones. Se tiene necesidad de orinar más frecuentemente, aunque en pocas cantidades.
  • Dolor encima del hueso púbico.
  • Orina opaca y con olor desagradable.
  • Presencia de sangre en la orina.
  • A veces puede presentar fiebre.
  • En algunos casos, el paciente no presenta ningún síntoma, pero se detecta una concentración bacteriana > 105 (UFC)/mL, con una o dos especies de microorganismos en la orina.

¿Cómo se trata la cistitis?

El tratamiento dependerá de la gravedad de la cistitis. Normalmente se prescribe un tratamiento con antibióticos, que contribuye a la eliminación de los microorganismos, aliviar los síntomas y previene la aparición de complicaciones.

Dependiendo de si estamos hablando de un episodio esporádico o uno de cistitis con repetición, el tratamiento también va a variar. En casos esporádicos se utiliza un antibiótico efectivo frente a los patógenos habituales. Normalmente, es monodosis y consigue la curación del paciente en más del 80% de los casos.

En el caso de las cistitis recurrentes, además del tratamiento antibiótico, se aconsejan ciertas prácticas dietéticas profilácticas:

  • Abundante ingesta de agua.
  • Lavado perianal frecuente.
  • No aguantarse la micción.
  • Vaciar la vejiga antes y después del coito.
    En estas pacientes, el tratamiento con antibiótico se suele alargar de 3 a 7 días, desaconsejándose las dosis únicas.

¿Se puede prevenir la cistitis?

Para prevenirla se deben seguir las siguientes pautas y medidas preventivas:

  • Beber la suficiente cantidad de agua a diario (2 o 3 litros al día), preferiblemente si es de mineralización débil.
  • Orinar con frecuencia y vaciar la vejiga totalmente. No aguantarse las ganas de orinar, ya que favorece la proliferación de gérmenes.
  • Miccionar siempre antes y después del coito, para eliminar las posibles bacterias después del acto sexual para eliminar las posibles bacterias.
  • Evitar los lavados vaginales frecuentes.
  • Cuando se evacúe, las mujeres deben limpiarse desde delante hacia atrás, para evitar que las bacterias pasen desde el ano a la vagina o la uretra.
  • Tomar zumos de naranja o de arándanos hace que la orina se acidifique, lo que favorece la eliminación de los gérmenes.
  • En la playa o piscina, no permanecer mucho tiempo con la ropa mojada.
  • Comer de manera equilibrada masticando bien los alimentos.

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