La Enfermedad de Meniere es un trastorno del oído interno que afecta el equilibrio y la audición. Se trata de una enfermedad muy común que habitualmente se puede controlar con tratamiento.

¿Cuáles son las causas de esta enfermedad?

Realmente, se desconoce la causa exacta de la enfermedad de Meniere. Se cree que se produce cuando la presión del líquido que se encuentra en el oído interno llega a ser demasiado alta.

Asimismo, esta enfermedad puede estar relacionada con otras, como puede ser un traumatismo craneal o una infección del oído medio o interno.

También existen otros factores de riesgo que pueden provocar que aparezca la enfermedad:

  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Alergias.
  • Antecedentes familiares.
  • Haber tenido recientemente alguna enfermedad viral.
  • Fumar.
  • Estrés.
  • Uso de ciertos medicamentos.

¿Qué síntomas son los más habituales de la enfermedad?

Las personas que sufren esta enfermedad suelen sufrir ataques o episodios, que pueden ser más o menos periódicos. Además, la gravedad de estos ataques puede variar.

Los síntomas principales de esta enfermedad pueden ser:

  • Hipoacusia (pérdida de la audición). Puede afectar a uno o a los dos oídos.
  • Presión en el oído.
  • Acúfenos o zumbido o retumbo en el oído afectado.
  • Vértigo o mareo.
  • Se pueden presentar náuseas, vómitos y sudoración intensos.
  • Los síntomas empeoran con el movimiento repentino.
  • Diarrea,
  • Dolores de cabeza.
  • Dolor o molestia en el abdomen.
  • Movimientos incontrolables del ojo

¿Cuál es el tratamiento más habitual para la Enfermedad de Meniere?

La enfermedad de Meniere no tiene cura. Sin embargo, los cambios en el estilo de vida y algunos tratamientos farmacológicos pueden aliviar los síntomas. Entre estos tratamientos se encuentran los diuréticos. Asimismo, el otorrinolaringólogo le recomendará llevar una dieta baja en sal.

Otros consejos que pueden ayudar a reducir los síntomas son:

  • Evitar movimientos bruscos.
  • No exponerse a luces brillantes, la televisión y leer durante los ataques.
  • No conducir maquinaria pesada.
  • Quedarse quieto y descansar cuando se tienen los síntomas.
  • Aumentar gradualmente la actividad.

Cuando los síntomas son muy graves y afectan seriamente a la calidad de vida del paciente, que no responde otros tratamientos, se puede valorar realizar una cirugía. La más habitual es la cirugía para cortar el nervio vestibular, que ayuda a controlar el vértigo y no daña la audición. Otras intervenciones que se realizan son: inyectar esteroides o un antibiótico llamado gentamicina directamente en el oído medio; retirar parte del oído interno.

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