Los tumores hepáticos tienen una alta tasa de mortalidad si se detectan en etapas avanzadas. Por ello, es crucial realizar pruebas de cribado rutinarias en pacientes con factores de riesgo y enfermedades hepáticas preexistentes, para detectar la enfermedad en sus primeras etapas.
¿Qué es el cáncer de hígado?
El cáncer de hígado es el sexto cáncer más común y la tercera causa principal de muerte por cáncer en todo el mundo. El carcinoma hepatocelular (CHC) es el tipo de cáncer de hígado más común en adultos (seguido del colangiocarcinoma) y suele producirse en las personas con enfermedad del hígado crónica (prolongada), causada por el virus de la hepatitis C o la cirrosis.
Se estima que entre el 60 y el 90 por ciento de los hepatocarcinomas están asociados a cirrosis, cuya causa de origen no vírico principal es el abuso en el consumo de alcohol.
Importancia de reconocer los síntomas
El cáncer de hígado es un tumor prevenible. El perfil de paciente más habitual es el de una persona con cirrosis diagnosticada o sin diagnosticar que puede ser causada por virus de la hepatitis B (VHB) o de la hepatitis C (VHC) o por el abuso crónico de alcohol.
En este sentido, se puede diagnosticar de forma silenciosa en las pruebas de revisión de la enfermedad. Por lo general, el tumor no da síntomas hasta que se encuentra en un estadio muy avanzado de la enfermedad, cuando el pronóstico ya es desfavorable. Asimismo, también puede presentar síntomas que pongan en alerta a su especialista.
Síntomas del cáncer de hígado
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y ojos)
La ictericia es una condición caracterizada por la coloración amarillenta de la piel y los ojos. Este síntoma está estrechamente relacionado con el funcionamiento del hígado.
El hígado juega un papel crucial en el procesamiento de la bilirrubina, un pigmento amarillo que se forma durante la descomposición normal de los glóbulos rojos. Normalmente, el hígado convierte la bilirrubina en una forma que puede ser excretada a través de la bilis y, finalmente, eliminada del cuerpo a través de las heces.
Cuando hay un problema en el hígado, como una enfermedad hepática, obstrucción de los conductos biliares o hemólisis excesiva (descomposición de glóbulos rojos), la bilirrubina no se procesa adecuadamente. Esto lleva a su acumulación en la sangre, lo que causa la coloración amarillenta característica de la ictericia.
Dolor e hinchazón en el abdomen
El dolor en la parte superior derecha del abdomen puede ser un síntoma de varios problemas de salud, pero es comúnmente asociado con afecciones hepáticas y biliares. Esta área del abdomen alberga el hígado y la vesícula biliar, por lo que cualquier inflamación, infección o crecimiento anormal en estos órganos puede causar dolor
Pérdida de peso inexplicable y falta de apetito
La pérdida de peso inexplicable se refiere a una reducción significativa del peso corporal sin cambios en la dieta o el nivel de actividad física. Este síntoma puede ser alarmante y suele ser un indicativo de una condición subyacente grave, como el cáncer
Fatiga y debilidad
La fatiga extrema es un síntoma común en pacientes con cáncer de hígado. Esta fatiga no se alivia con el descanso y puede ser debilitante, afectando la calidad de vida del paciente
Náuseas y vómitos
El hígado es esencial para el metabolismo y la digestión. Cuando su función se ve alterada, como en el caso del cáncer de hígado, varios procesos digestivos pueden verse afectados. El hígado produce bilis, que es crucial para la digestión de las grasas. Si el hígado no puede producir o liberar bilis adecuadamente, esto puede llevar a problemas digestivos como indigestión, malabsorción de nutrientes y acumulación de toxinas en el cuerpo. Además, el hígado metaboliza muchos nutrientes y medicamentos; su disfunción puede alterar estos procesos, causando síntomas digestivos.
Hinchazón en las piernas y tobillos (edema)
La retención de líquidos, conocida como edema, ocurre cuando el cuerpo retiene más líquido del que debería. En el contexto del cáncer de hígado, la función hepática deteriorada puede llevar a una disminución en la producción de proteínas esenciales, como la albúmina. La albúmina ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo, y su deficiencia puede causar que el líquido se filtre fuera de los vasos sanguíneos hacia los tejidos circundantes, resultando en hinchazón.
Factores de riesgo asociados a los síntomas
Varios factores de riesgo están estrechamente relacionados con la aparición de síntomas de enfermedades hepáticas, incluyendo el cáncer de hígado.
- Hepatitis B y C: estas infecciones virales crónicas son una de las principales causas de cáncer de hígado. El daño hepático continúo causado por estos virus puede llevar a la cirrosis y, eventualmente, al desarrollo de tumores hepáticos.
- Cirrosis: esta condición, que implica la cicatrización severa del hígado, es una etapa avanzada de daño hepático. La cirrosis puede resultar de hepatitis crónica, consumo excesivo de alcohol y otras enfermedades hepáticas. La cicatrización interfiere con la función hepática normal y aumenta significativamente el riesgo de cáncer de hígado.
- Consumo excesivo de alcohol: el abuso prolongado de alcohol puede causar daño hepático crónico, incluyendo la esteatosis hepática (hígado graso), hepatitis alcohólica y cirrosis. Estos daños aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de hígado.
- Antecedentes familiares: tener antecedentes familiares de cáncer de hígado puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. Esto puede deberse a factores genéticos compartidos o a la exposición a factores de riesgo comunes dentro de la familia.
- Exposición a toxinas: la exposición a ciertas toxinas, como las aflatoxinas (producidas por mohos que contaminan alimentos) y productos químicos industriales, puede dañar el hígado y aumentar el riesgo de cáncer. Además, la exposición prolongada a toxinas ambientales y laborales puede contribuir al desarrollo de enfermedades hepáticas crónicas.
¿Qué hacer si experimentas estos síntomas?
La detección de algunos de los síntomas mencionados anteriores debe ser consultados con su hepatólogo o médico de atención primaria.
Un diagnóstico temprano puede mejorar significativamente el pronóstico y la efectividad del tratamiento. El médico realizará una evaluación completa y puede recomendar varias pruebas diagnósticas para obtener una imagen clara de la salud hepática.
Pruebas diagnósticas comunes
- Ecografía: una ecografía abdominal es una prueba de imagen no invasiva que utiliza ondas sonoras para crear imágenes del hígado y otros órganos abdominales. Esta prueba puede ayudar a detectar tumores, quistes y otras anomalías hepáticas.
- Análisis de sangre: los análisis de sangre pueden medir los niveles de bilirrubina, enzimas hepáticas y otras sustancias que indican la función hepática. Estos análisis pueden ayudar a identificar infecciones, inflamación y daño hepático.
- Biopsia hepática: En algunos casos, el médico puede recomendar una biopsia hepática, que implica la extracción de una pequeña muestra de tejido hepático para su examen bajo el microscopio. Esta prueba puede proporcionar información detallada sobre la presencia de cáncer, cirrosis y otras enfermedades hepáticas.
Prevención y chequeos regulares
A pesar de que el cáncer de hígado tiene una alta letalidad, es un tumor prevenible. Las causas más comunes de la cirrosis, como el virus de la hepatitis, se pueden evitar mediante campañas de vacunación y evitando el consumo crónico de alcohol.
Además, la enfermedad del hígado graso está asociada con el aumento de la diabetes y la obesidad. Adoptar un estilo de vida saludable puede prevenir el desarrollo de enfermedades hepáticas que pueden conducir al cáncer de hígado.
Llevar un estilo de vida saludable y tratar las causas de la cirrosis que conducen al desarrollo de un tumor hepático son fundamentales para prevenir el cáncer de hígado.
Una vez detectado el cáncer de hígado, es clave ponerse en manos de un equipo multidisciplinar Por ello, en IVOQA disponemos de oncólogos especialistas en aparato digestivo y radiólogos intervencionistas que trabajan en colaboración con los cirujanos para ofrecerle el mejor tratamiento.
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