La lactancia materna es una experiencia única y beneficiosa para el bebé y la madre. Sin embargo, en ocasiones pueden surgir desafíos, como las grietas en los pezones, que causan dolor y dificultan el amamantamiento. Estas fisuras, aunque comunes en las primeras semanas, se pueden prevenir y tratar de forma eficaz. En este artículo, te explicamos las causas, cómo evitarlas y qué hacer si aparecen para mantener una lactancia placentera.
¿Qué son las grietas en el pezón?
Las grietas son pequeñas fisuras o heridas que aparecen en la piel del pezón, frecuentemente en las primeras semanas de lactancia. Estas pueden variar en gravedad, desde una irritación leve hasta cortes más profundos que provocan dolor intenso al amamantar.
Aunque son un problema habitual, no deberían considerarse una parte normal de la lactancia. Con las medidas adecuadas, es posible prevenirlas y tratarlas eficazmente.
Causas de las grietas en los pezones
Las grietas suelen ser el resultado de factores relacionados con la posición del bebé y la técnica de lactancia. Entre las causas más comunes se encuentran:
- Mal agarre del bebé: Cuando el bebé no coloca correctamente la boca en el pecho, puede generar fricción en el pezón.
- Posición incorrecta al amamantar: Una postura inadecuada puede dificultar el agarre y ejercer presión sobre el pezón.
- Succión ineficaz: Problemas como frenillo sublingual en el bebé pueden dificultar la alimentación y causar lesiones.
- Humedad constante: Dejar el pezón húmedo tras las tomas puede irritar la piel y favorecer la aparición de grietas.
- Uso de accesorios mal adaptados: Como pezoneras o extractores de leche que no se ajusten correctamente al pezón.
Síntomas de las grietas en los pezones
Las grietas suelen presentar los siguientes síntomas:
- Dolor agudo o punzante durante la toma.
- Irritación, enrojecimiento o fisuras visibles en el pezón.
- Sangrado leve en casos más graves.
- Sensibilidad extrema al contacto incluso fuera de las tomas.
Si las grietas no se tratan adecuadamente, pueden aumentar el riesgo de infecciones como mastitis o candidiasis.
Cómo prevenir las grietas en los pezones
1. Asegúrate de un buen agarre
- El bebé debe abrir bien la boca y abarcar no solo el pezón, sino también parte de la areola. Esto distribuye la presión de la succión de manera uniforme y evita fricciones dolorosas.
2. Revisa tu posición al amamantar
- Encuentra una posición cómoda que favorezca el contacto adecuado entre el pecho y la boca del bebé. Si tienes dudas, prueba diferentes posturas como la posición de cuna, de balón de rugby o acostada.
3. Mantén la piel del pezón hidratada
- Aplica unas gotas de leche materna después de cada toma, ya que tiene propiedades antibacterianas y ayuda a mantener la piel flexible. También puedes usar cremas específicas a base de lanolina pura.
4. Evita la humedad prolongada
- Deja secar al aire los pezones después de cada toma y utiliza discos absorbentes solo cuando sea necesario, cambiándolos con frecuencia.
5. Cuida la técnica con accesorios
- Si usas un extractor de leche o pezoneras, asegúrate de que estén bien ajustados para evitar lesiones por presión o succión inadecuada.
Tratamiento de las grietas en los pezones
Corrige el agarre y la posición
- Identificar y corregir un mal agarre es el primer paso para permitir que las grietas cicatricen. Pide ayuda a un profesional si tienes dudas sobre la técnica de lactancia.
Usa cremas específicas
- Las cremas de lanolina pura son seguras para el bebé y ayudan a hidratar y reparar la piel dañada.
Descanso del pezón afectado
- Si la grieta es muy dolorosa, puedes extraer la leche con un extractor y alimentar al bebé con biberón hasta que la herida mejore, asegurándote de mantener la lactancia activa.
Aplica compresas de calor húmedo
- El calor favorece la circulación y acelera la cicatrización. Puedes usar compresas tibias antes de las tomas para reducir la incomodidad.
Busca ayuda médica si es necesario
- Si las grietas no mejoran o notas signos de infección como inflamación, calor excesivo o fiebre, consulta con tu médico o matrona.
Preguntas frecuentes sobre las grietas en los pezones
¿Las grietas desaparecen solas?
Con los cuidados adecuados y la corrección de la técnica de lactancia, las grietas suelen mejorar rápidamente. Sin embargo, si persisten, es importante buscar apoyo profesional.
¿Puedo seguir amamantando con grietas?
Sí, aunque puede ser incómodo, continuar amamantando es fundamental para mantener la lactancia activa y evitar problemas mayores, como la mastitis.
¿Qué hago si sangro mientras amamanto?
El sangrado leve no es peligroso para el bebé, pero indica que la grieta necesita atención. Corrige la técnica y usa productos específicos para la cicatrización.
Las grietas en los pezones son un problema común en la lactancia, pero con una técnica adecuada y cuidados específicos, es posible prevenirlas y tratarlas con éxito. Si experimentas dolor persistente o tienes dudas sobre tu lactancia, no dudes en buscar el apoyo de profesionales especializados para continuar disfrutando de esta etapa de forma cómoda y saludable.
Consulta con nuestros especialistas para recibir orientación y resolver cualquier dificultad que encuentres durante la lactancia.