¿Qué es el espolón calcáneo?


Es un crecimiento del hueso del talón en forma de lanza o en forma triangular. Esto se produce cuando la fascia plantar, que es el tejido que une el talón con la zona inferior de los dedos de los pies, está sometida a una excesiva sobrecarga y tracción. Esto genera microrroturas donde se realiza la inserción. Esta zona se calcifica, dando forma a esa especie de hueso que causa un gran dolor en el talón, algo similar a sufrir pinchazos.

Hay varias causas de un espolón calcáneo. Se produce por una acumulación de calcio que provoca la formación de este nuevo «hueso» después de soportar una gran presión en esa zona del pie durante un periodo de varios meses. Esa sobrecarga se suele producir, en la mayoría de las ocasiones, por el aumento de la tensión de la fascia plantar.

Hay varios factores que pueden aumentar las posibilidades de sufrir este problema tan doloroso. El espolón calcáneo es más frecuente en las personas que reúnen las siguientes características:

– Tienen el pie plano o más arqueado de lo que es habitual.

– Tienen algún nivel de sobrepeso.

– Practican algún deporte o corren sobre superficies muy duras y con un calzado que no es el adecuado para esas características.

– Llevan puestos zapatos muy duros durante un tiempo demasiado prolongado.

Todos estos factores pueden provocar la aparición de esta prominencia ósea. Esto conlleva un dolor de talón muy molesto durante la vida cotidiana, que puede llegar a impedir la realización de las rutinas habituales de la persona que lo sufre.

Diagnóstico y tratamiento del espolón calcáneo


El espolón se puede diagnosticar con una sencilla radiografía lateral de la zona del calcáneo. En ella, si lo tenemos, se podrá ver una protuberancia que está orientada hacia los dedos y que puede tener una longitud que varía entre 1 y 5 milímetros.

Además, una buena opción para verificar el diagnóstico es realizar varias pruebas médicas. Puede realizarse un análisis de sangre, muy útil para descartar otro tipo de enfermedades como la artritis reumatoide, la gota o la espondilitis anquilosante.

Como en la mayoría de los casos es derivado de una fascitis plantar, el tratamiento del cespolon calcáneo suele incluir las siguientes medidas:

– Disminuir o dejar de realizar actividad física.

– Terapia física. El paciente debe someterse a tratamientos consistentes en la aplicación de frío o calor, pudiendo llegar incluso al tratamiento con ultrasonidos para intentar disolver las calcificaciones.

– Medicamentos. A veces se aplican sobre la zona afectada vendas impregnadas en pomadas de cortisona, antiinflamatorios o anestésicos locales. También se puede llegar a realizar la infiltración de medicamentos.

Además de estos tratamientos, se recomienda que se utilicen taloneras con orificios o, incluso mejor, plantillas personalizadas que sirvan de apoyo. Estas plantillas pueden reducir la carga que soporta el arco de nuestro pie.

La cirugía es otra posibilidad a la que se puede recurrir como tratamiento para combatir los dolores y demás consecuencias de sufrir el espolón calcáneo. Sin embargo, esta opción solo se debe plantear pasados unos meses sin que ningún otro tratamiento haya resultado efectivo.

Cuando sufrimos un espolón calcáneo, o sospechamos que puede ser así, es recomendable acudir al médico para recibir la atención y el tratamiento necesario.

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    Recordatorio: esta información tiene como fin proporcionar pautas generales y no dar una opinión médica definitiva. Es importante que consulte a su médico sobre su enfermedad específica y el tratamiento más adecuado.

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