Cuando el quiste o el lipoma está infectado, puede llegar a causar dolor. Es importante que en estos casos el paciente acuda a una consulta médica con el dermatólogo o con el cirujano general, para que puedan valorar el estado del quiste. En algunos casos, si el quiste está muy infectado, no se podrá extirpar en el momento y se deberá esperar a que baje la inflamación.
Tu médico puede recomendar la extirpación de un lipoma o quiste sebáceo por razones estéticas. Sin embargo, a veces pueden presentar síntomas, como dolor o crecimiento excesivo. En estas ocasiones, la cirugía además mejora la calidad de vida del paciente.
Por otro lado, a veces el médico decide extirparlo para evitar la posibilidad de que se conviertan en tumores malignos.
Los riesgos de este tipo de cirugía son mínimos. Simplemente se ha comprobado que pueden provocar dolor, inflamación y moratones. En casos contados pueden producirse bolsa de líquido en los tejidos y órganos cercanos o daño en nervios cercanos.
La mayor parte de los quistes sebáceos y lipomas pueden extirparse en una sencilla operación realizada con anestesia local. Se utilizan técnicas de cirugía plástica y reparadora, por lo que suele quedar una cicatriz casi imperceptible.
¿Qué diferencia hay entre lipomas y quistes sebáceos?
Los lipomas son tumores benignos causados por alteraciones en el tejido graso que hacen que aumente de volumen. Su crecimiento suele ser más lento y no duelen. Lo habitual es que aparezcan en adultos de entre 40 y 60 años. Los niños raramente presentan estos problemas. Suelen aparecer en la espalda, el cuello y los hombros. Se extirpan fácilmente y no suele haber demasiadas complicaciones durante la intervención.
Los quistes sebáceos o quistes epidérmicos son un crecimiento anormal de la piel, con desechos o contenido cutáneo muerto provocado por una infección en las glándulas sebáceas. Pueden aparecer en cualquier zona del cuerpo, aunque lo normal es verlos en las orejas, el cuero cabelludo, la cara o la espalda. Son pequeños y suelen ser benignos.

¿En qué consiste la cirugía de un lipoma infectado o quiste?
Para eliminar los lipomas y quistes sebáceos suelen utilizarse técnicas de cirugía menor. Normalmente se utiliza la anestesia local. Sin embargo, en el caso de lipomas de gran tamaño, el cirujano puede requerir anestesia general.
Tras la operación se cierra la incisión con puntos. La operación dura aproximadamente 30 minutos, dependiendo del caso.
La mayor parte de las veces se trata de una cirugía ambulatoria, por lo que el paciente se va pronto a casa (el mismo día). Los puntos se retiran entre 7 y 10 días después de la intervención. Poco tiempo después el paciente puede volver a llevar una vida normal. Y se deberá tener cuidado con la cicatrización de la herida, evitando la luz del sol.
Operación Quiste Sebáceo Recuperación
La cirugía de extirpación de lipomas o quistes sebáceos es rápida y sencilla. Dependiendo del tamaño del quiste, la cirugía puede tener una duración mayor. El paciente se puede ir a casa el mismo día de la cirugía, y debe seguir las recomendaciones médicas para una rápida y correcta recuperación. A los 7 días deberá acudir a una consulta de revisión para que el cirujano examine la cicatriz. El paciente puede hacer vida normal, evitando realizar esfuerzos durante los 2-3 primeros días para que la herida cicatrice correctamente. Por lo general, pasado una semana el paciente estará recuperado por completo.
Este tratamiento está concertado con las principales aseguradoras médicas.